Un CABALLO puede Correr a 50 kilómetros por hora, equivalente a 30 millas por hora. Pero aunque esta acción implica un gran esfuerzo, consume muy poca energía. ¿Cómo es esto posible? El secreto está en las patas.
Las patas del caballo tienen una combinación de músculos y tendones que funcionan como resortes: absorben energía cuando las patas tocan el suelo y la liberan para impulsar al caballo hacia delaten.
El problema es que los tendones podrían lastimarse por la fuerte vibración de las patas. Por eso, los músculos funcionan como amortiguadores. Los investigadores han dicho que este mecanismo es muy especializado y le aporta agilidad y fortaleza al caballo.
Los ingenieros están tratando de imitar este mecanismo para usarlo en robots de cuatro patas. No obstante, les está costando mucho trabajo hacerlo con los materiales y conocimientos actuales debido a que el diseño es complejísimo, asegura el Laboratorio de Robótica Biomimética del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Fuente: Jw.org
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